Los trabajadores de la piscina abandonan la huelga a nivel gallego

En una sorpresiva decisión, los trabajadores de la piscina municipal de Redondela, en huelga indefinida desde el 1 de febrero por un convenio colectivo a nivel de toda Galicia, decidieron ayer abandonar el paro y abrir las puertas del recinto a los usuarios.
Esta decisión contrasta con la mantenida por el personal de otras piscinas gestionadas por la empresa Serviocio, como la del Val Miñor o la de Pontevedra, que mantienen la huelga de carácter indefinido en tanto la patronal del sector no se siente a negociar.
El director de la piscina de Redondela, Jose Pérez Bamio, explicó ayer que la decisión de retomar el trabajo se tomó por acuerdo de la mayoría, puesto que tras 18 días de huelga "todos salimos perjudicados: la empresa, los usuarios y nosotros". Según Pérez Bamio, entre los 25 empleados "hay situaciones muy complicadas" que desaconsejaban pasar más días sin derecho a sueldo.
"No hemos acordado nada con la empresa, es una decisión libre del grupo, mientras esperamos que patronal y sindicatos acerquen sus posturas", explicó el director de la piscina "que soy un trabajador más", puntualiza.
Devoluciones a usuarios
Ayer, después de tres semanas de cierre, la piscina municipal de Redondela volvía a abrir sus puertas para "tratar de volver a la normalidad cuanto antes", dijo Pérez Bamio. El director de este centro deportivo explicó que "nuestro principal objetivo ahora es mantener a los usuarios" –actualmente cuenta con unos 2.000 abonados–, que durante este mes no han podido disfrutar de las instalaciones deportivas por el conflicto laboral.
"Por supuesto, atenderemos las quejas por la falta de servicio y se devolverá la parte proporcional de los abonos", indicó Bamio. "Tenemos que agradecer a los usuarios su paciencia", añadió.
La decisión de los empleados de Serviocio en Redondela no fue secundada ayer por los de otros recintos de la provincia. El martes, un grupo de trabajadores de instalaciones y centros deportivos de la provincia se encerraron tres horas en el edificio de la Xunta en Pontevedra para exigir la intervención de la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, para "obligar"a la patronal a sentarse a negociar el convenio marco gallego que exigen.