Denuncian que La Laguna alquila sus tres piscinas a la propia concesionaria

La empresa Innova no sólo explota las tres piscinas municipales de La Laguna, tras ganar el correspondiente concurso público, sino que recibe dinero del ayuntamiento por el alquiler de diversas calles acuáticas de esos complejos deportivos durante los meses de julio y agosto para los cursillos de natación que oferta el consistorio. Mientras el gobierno local (CC) considera esta situación algo totalmente normal, legal y comprensible porque la compañía se ve perjudicada por la ocupación de las piscinas por los alumnos de dichos cursos, el portavoz del principal grupo opositor, Gustavo Matos, tiene serias dudas, sostiene que las bases de la adjudicación no contemplaban esta posibilidad y cree que la corporación local se está viendo perjudicada por pagar por un servicio que, en principio, ya debería estar incluido en la explotación de estas instalaciones de Taco, San Benito y La Cuesta.

Según consta en documentación oficial entregada por el gobierno al PSC, la empresa recibió en 2007 3.376,30 euros por el "alquiler" de dos calles de la piscina polivalente de San Benito en los meses de julio y agosto en horario de 9:30 a 12:30 horas y de lunes a viernes. Ese mismo año, el consistorio le abonó 1.688,15 por "alquilarle" otras dos calles del complejo de El Polvorín (Taco) en los mismos meses, horario y días. En 2008, la cifra se elevó a 8.318,93 por el alquiler de dos calles de las tres piscinas en las mismas condiciones, mientras que el año pasado se abonaron 8.544,93 por el mismo concepto.

Fuentes del gobierno indicaron ayer que los alquileres obedecen a los cursos de natación que oferta el consistorio, que se incluyen en el contrato y que resulta lógico compensar a la compañía, al perder espacio y calles para su oferta al resto de usuarios, por la que debe pagar al ayuntamiento un canon y extraer beneficios de su explotación y mantenimiento de las instalaciones. Según estas fuentes, se trata de un caso similar a si el consistorio saca a concurso la explotación de un aparcamiento creado con fondos públicos y le alquila un determinado número de plazas a la empresa adjudicataria, que pierde así la opción de recibir dinero de particulares por esos estacionamientos.

Matos tiene una visión bien distinta. Considera que el ayuntamiento "se está autoalquilando" sus propias piscinas, "con lo que la empresa saca un negocio redondo, ya que juega sobre seguro". En su opinión, debería explicarse "por qué esas cifras por el alquiler y no otras" (CC dice que los precios están prefijados) y aclararse por qué los citados cursillos no entran en la explotación de las piscinas por parte de Innova.